sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo octavo: Pensamiento de Veronika.


¿Qué pasa? ¿Te digo lo que pasa? No me gusta la gente en general, no entiendo qué podría hacerme cambiar de actitud.
            No me gustan cuando hablan o pretenden que yo hable. No me gusta que intenten conocerlo todo de mí o que pretendan que les escuche mientras hablan y hablan sin descanso alguno. No me gusta la mayor parte de las relaciones que tengo con algunas personas. ¿Por qué no, simplemente, podrían mantenerse acompañados disfrutando del silencio sin que eso supusiera una incomodidad?
            Odiaba la relación que tenía con aquel que cada vez que discutían reclamaba su posición de “mejor amigo” la cual se había atribuido él solito. Simplemente, ella no decidió ni negarlo, ni afirmarlo. Cada uno es feliz con sus pensamientos.
            Tampoco soportaba la relación semi-amorosa que tenía con aquel desconocido ya no tan desconocido. Habían pasado a un punto intermedio en el que solo podían ir hacia adelante pero, al menos ella, no quería. Si tan solo fuera un desconocido más, que no formara parte de su grupo de amigos, no le hubiera importado tirárselo en una noche loca. Le hubiera dejado su número de teléfono, sin ningún nombre, no para mantener el misterio, sino porque una vez se estableciera el contacto, toda la gracia se iba por el sumidero. Ahora tendrían que jugar al juego del ratón y el gato. Ella debía ser la sumisa, pero el precio sería alto.

1 comentario:

  1. aquel muchacho permanecía atónito sentado frente a la pantalla de su ordenador, acababa de leer el diario de veronika, aquella chica que había conocido escasos días antes, pocas veces había tenido la oportunidad de leer algo que le sorprendiese, pero esta chica lo había conseguido, el quedo impresionado y conmovido por su forma de escribir y de expresarse.

    no puedo evitar correr a por la guitarra y reafinando las cuerdas por completo, empezó a tocar aquella canción que en tantos momentos de su vida le había acompañado y le había hecho perderse en su mundo, no sabia porque la historia de veronika le había recordado a la suya, no se parecían en gran cosa, pero le había hecho recordar como se sentía años atrás.

    sus dedos seguían bailando por el mástil de la guitarra, pero su mente esta perdida en otra parte, intentando meterse en la mente de veronika para comprende mejor aun su historia, y comprender como pudo decirle que ese blog de dos paginas no era importante, cuando con solo esas dos paginas ella había conseguido atravesarle el pecho como su fuera na bala a quemaropa

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