jueves, 11 de octubre de 2012

Capítulo Vigésimo sexto: “Red”


            Una fuerte tos le invadía el pecho mientras agachaba la cabeza. Decidió esconderse en el pañuelo que le rodeaba el cuello y sonreír a la misma vez que se sonrojaba.
            Y miraba al cielo, y sentía que estaba en el lugar y en el momento exacto. Y se dieron cuenta que aquello era un adiós. Y ambas se miraron al tiempo que se soltaban de la mano. Lloraron y rieron al recordar lo que habían compartido juntas. Permaneciendo sentadas en mitad de aquel camino que más tarde acabaría bifurcándose.
            Y al llegar la hora de marcharse, le volvió a tomar de la mano, “espera” le dijo. Le tomó de la mano, y depositó algo en ella.
            Cuando ambas se alejaban, abrió su mano, y pudo ver aquella mitad del lazo que tanto tiempo las unió. Sollozando de alegría, marcho siguiendo su camino, guardando con ternura el recuerdo de aquella amistad.

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