La melodía que inundaba los oídos de
Veronika ya se estaba convirtiendo en irritable y cambiante. Ya no sabía si le
gustaba, ya no le traía paz, y el sentimiento que se arremolinaba en su
interior no le parecía para nada agradable.
Kyoku es una persona que ha
compartido momentos con Veronika a lo largo de este año, pero últimamente el
sabor de esa amistad se batía en duelo entre el amargo y el agrio. No sabía si
le estaba engañando ahora o si el engaño lleva tiempo en función. En cualquiera de los casos, las ganas de
destruir algo perfecto iban en aumento.
Siempre que sentía que alguien le
iba a fallar, le fallaba. Y era en estos momentos en los que deseaba destrozar
algo en lo que había estado trabajando duramente de la manera más rastrera,
impúdica y libre de escrúpulos posible. A veces, la manera de hacerlo era directa, pero en la
mayor parte de las ocasiones, tan solo se sentaba a mirar cómo se pudría
lentamente escuchando los gritos ahogados clamando una última oportunidad y
ella tan solo podía sonreír.
A su mente regresaban las duras
palabras que le herían por dentro a pesar de no mostrar expresión alguna. “Una
de las razones por las que está contigo, es por conveniencia”. Veronika no se
considera una persona de conveniencia y tampoco le gusta rodearse de ella. Cree
que este tipo de personas es de esas que quieren llegar a lo más alto, pero no
superándose a sí misma, sino pisoteando la cabeza de los demás, destrozando sus
rostros, sus sueños y metas, para que su alma putrefacta no se vea tanto comparada
con las demás.
Veronika está dispuesta nuevamente a
dejar de confiar. Y quizá lo que más daño pueda hacerle a esta persona sea que
se le acaben los paseos en coche y no le deje más ropa. Aún así, Veronika es
tan tremenda e irremediablemente estúpida que está dispuesta a prestarle su
hombro para llorar, sus oídos para escuchar y sus palabras por si pide consejo.
¿Lo aceptará? ¿Volverá a recuperar la confianza que tenía en Kyoku?
A sabiendas que Kyoku leerá esto,
quizá en este caso sí se pueda considerar una carta.
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